Si no se ayudan ellos, quién. Más de mil huicholes se pusieron las pilas y se estrenaron como gasolineros, los únicos en más de 21 kilómetros a la redonda.
En medio de las montañas, una comunidad nayarita del ejido de Pochotitán abrió una gasolinera, ahora no tiene un dueño sino mil 500. La condición para ser socio de este negocio es ser huichol y vivir en una de las 14 comunidades de la región.
En esa zona de la sierra no hay señal de internet móvil, así que dependen de WhatsApp Web. Todo comenzó en 2012 cuando un censo para determinar las necesidades de la comunidad concluyó que una gasolinera de Pemex era la mejor forma para satisfacer carencias económicas.
El camino no fue fácil, la construcción de la gasolinera requirió un análisis de suelo, excavar para poder tener los almacenes de combustibles, comprar un generador eléctrico y una inversión de 11 millones 430 mil 600 pesos.
Dinero que se juntó con los ahorros de los pobladores, Comisión Nacional Para el Desarrollo de Pueblos Indígenas (CDI) y préstamos de organizaciones civiles y al cual se pudo inaugurar la gasolinera el 10 de febrero.
‘Nunca nos imaginamos todo lo que lleva poner una gasolinera. Hemos aprendido que tenemos derechos y obligaciones y las hemos aplicado. Desde tener todos los permisos en regla ante dependencias federales y estatales, así como pago de los impuestos al día. Y seguimos aprendiendo’.
Con el dinero del combustible esperan realizar proyectos, como la construcción de clínicas, que escasean en la comunidad y esperan que el proyecto beneficie a 15 mil artesanos, pescadores y agricultores de la región e impulse su economía y de una mejor calidad de vida.
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