¿Pagaste la membresía anual en el gimnasio porque, según tú, el gasto te motivaría a ir? Pues es muy probable que ni eso evite que tires la toalla.
Un nuevo estudio científico sobre lo que motiva a las personas a hacer ejercicio encontró que el dinero no es un incentivo determinante para que alguien se ponga en movimiento.
Los investigadores analizaron el comportamiento de 836 nuevos miembros de gimnasios, divididos en cuatro grupos, durante seis semanas.
A los participantes del primer grupo les ofrecieron 30 dólares sin importar lo que hicieran, al resto les prometieron recompensas por asistir al menos 1.5 veces cada semana; los premios incluían tarjetas de regalo de Amazon por 30 o 60 dólares.
Los científicos registraron la cantidad de veces que las personas iban al gimnasio y descubrieron que los incentivos no hicieron realmente una diferencia.
Al comienzo del estudio los participantes dijeron que irían al gimnasio unas tres veces por semana, pero no fue así.
El primer grupo (a quienes les pagaban sin importar lo que hicieran) acudía 1.5 veces por semana, pero hacia el final del estudio apenas registraban una visita semanal.
Los otros participantes (quienes tenían que ir al gimnasio para obtener su recompensa) comenzaron ligeramente mejor con 1.73 visitas, pero también terminaron asistiendo sólo una vez por semana.
“Los participantes creyeron que ganar el incentivo sería sencillo, pero fueron demasiado optimistas respecto a la frecuencia con la que irían al gimnasio”, dijo la economista Mariana Carrera, coautora del estudio.
Pero aunque el dinero no sea suficiente motivación, no todo está perdido; antes de mandar todo al demonio considera opciones como hacer ejercicio con un amigo o hacer pequeños cambios en tu rutina diaria (como caminar más o subir escaleras).
(vía Mental Floss)
ailg