El polémico consumo de café, suma puntos a favor esta vez. Un estudio realizado en la Universidad de Harvard determinó que quienes lo beben durante las horas de la mañana tienen una expectativa de vida más larga.
Otras investigaciones recientes, confirmaron que el consumo de este grano está asociado con una reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Sin embargo, este nuevo estudio realizado por la Facultad de Medicina de la prestigiosa universidad estadounidense, junto a la Universidad de Tulane ha identificado que el tomar café por las mañanas podrían potenciar estos beneficios y ayudaría a prolongar la esperanza de vida.
Datos recopilados por 20 años
El estudio analizó datos de más de 40.000 adultos en Estados Unidos, recopilados por 20 años (entre 1999 y 2018), mediante cuestionarios de salud que incluían preguntas sobre la ingesta de café.
Los cuestionamientos eran sencillos: si lo consumían, en qué cantidad y a qué hora del día lo hacían.
A partir de esta información. Los investigadores establecieron tres grupos de participantes; los que no lo bebían, los que tomaban solo por la mañana y aquellos que ingerían a diferentes horas.
Se registraron 4.295 muertes entre los participantes. Se observó que 1.268 fueron por enfermedades cardiovasculares y 934 por cáncer, según lo reseñado por Infobae.
Tras analizar la mortalidad con el consumo de café. En primero lugar, se observó que quienes bebían café por la mañana tenían un riesgo de muerte prematura menor. Ello comparado con los que no lo consumían.
En particular, la probabilidad de fallecer por una enfermedad cardiovascular resultó un 31% menor en este grupo.
Incluso, después de ajustar otros factores de riesgo; entre ellos problemas de sueño, colesterol alto y tabaquismo, la asociación entre el consumo matutino de café y una menor mortalidad se mantuvo.
En contraste, no se encontró relación entre el consumo de café y la reducción del riesgo de muerte por cáncer.
¿Cuántas tazas de café al día son recomendables?
El grupo de investigadores también analizó la cantidad de café que se necesita para obtener estos beneficios.
Se encontró que tanto un consumo moderado (dos a tres tazas al día) como uno más elevado (más de tres tazas) estaban relacionados con una menor mortalidad. Aquellos que bebían solo una taza o menos también experimentaban beneficios, aunque en menor medida.