El presidente de Rusia, Vladimir Putin, se tomó un par de días de vacaciones.
Y por supuesto que no se fue a la playa a tenderse en la arena. Por favor, estamos hablando del hombre que se sumergió en agua helada para celebrar la Epifanía ortodoxa.
No, Putin eligió viajar a las montañas de Siberia, acompañado por el ministro de Defensa ruso y el director del Servicio Federal de Seguridad (FSB).
Las fotografías oficiales difundidas por el Kremlin muestran a Putin en un bote, caminando por el bosque y pescando, para demostrar que a sus 65 años trae todo el poder y la vitalidad.
El breve descanso de Putin ocurrió el fin de semana anterior a una reunión con otros funcionarios y compañías del sector energético.