Nakamura no fue sólo el ‘padre’ de Pac-Man, sino también un prolífico empresario que marcó el mundo de los videojuegos para siempre.
En 1955, una década después de las dos bombas que cayeron sobre Japón, un joven Masaya fundó Nakamura Manufacturing Company. Nosotros la conoceríamos décadas más tarde como Namco.
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En ese entonces, Namco no hacía videojuegos, sino juguetes mecánicos que funcionaban con monedas, similares a los que invadieron las farmacias y ‘tienditas’ de México y que marcaron la infancia de tantos niños durante décadas.
Años más tarde, a finales de los setenta, Nakamura se convirtió en vicepresidente de su empresa. Fue en ese momento cuando Namco saltó de hacer juguetes para niños a desarrollar videojuegos.
El primer juego de la compañía fue Gee Bee, pero su limitado éxito fue pronto eclipsado por grandes experiencias como Galaxian, el primer título en presentar gráficos a tres colores.
Fue gracias a este empresario que Namco se convirtió en sinónimo de videojuegos. Bajo su batuta se lanzaron grandes títulos como Galaga, Xevious y por supuesto Pac-Man.
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Décadas más tarde, ya a inicios del siglo XXI, la firma se unió con Bandai, la juguetera japonesa por excelencia, para consolidarse como un jugador potente en el mundo de los videojuegos.
A pesar de que durante sus últimos años Nakamura sólo tenía un puesto honorario debido a su avanzada edad, sus decisiones influyeron mucho en el rumbo que su empresa tomó luego de la alianza con Bandai.
Nakamura era ingeniero naval de profesión, pero gamer de corazón
Hoy Namco no es el peso pesado que solía ser en el mundo del entretenimiento digital, pero aún produce decenas de videojuegos de excelente calidad que millones de gamers disfrutan en todo el mundo.
Masaya Nakamura murió el 22 de enero pasado, pero su familia reveló la noticia de su fallecimiento hace un par de horas.
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