En diciembre de 2015, un ataque terrorista sacudió la ciudad californiana de San Bernardino, dejando como macabro resultado 14 muertos y 22 heridos.
Por la naturaleza del crimen, el FBI investigó la situación y pronto halló el teléfono móvil que Syed Rizwan Farook, autor de la masacre, había estado usando días antes de cometer su crimen.
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Debido a que ese teléfono había sido fabricado por Apple, la agencia gubernamental acudió a la empresa para pedirle ayuda para desbloquearlo, pero en un giro inesperado de las cosas, eso no sucedió.
Apple se negó rotundamente a cooperar con el FBI por defender sus políticas de defensa de la privacidad de sus usuarios, así que el buró de investigaciones federales tuvo que acudir a una firma externa para desbloquearlo.
Hasta ahora la cifra que gastaron los agentes federales para hacerlo no se había relevado, pero el dato se hizo público recientemente durante una comparecencia del director del FBI James Comey.
Resulta que la firma de seguridad le cobró a la agencia 900,000 dólares para desbloquear un solo iPhone y dejarle echar un vistazo con el fin de conocer los contactos, hábitos y motivaciones de Farook.
Fueron periodistas de la agencia AP los que descubrieron lo que la empresa de seguridad le había cobrado a los federales por desbloquear el teléfono.
La cifra incluso sorprendió a la senadora encargada de analizar la comparecencia, quien comentó que ‘el FBI debió haber tenido muchas buenas razones para pagar esa suma y ver qué había en el teléfono del agresor’.
Y todo porque Apple se negó a abrirle la puerta de sus smartphones al gobierno.
gtb
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