No es un Ferrari o un Lamborghini, es un Vuhl, el nuevo auto deportivo mexicano que ha conquistado a los amantes de la velocidad más exigentes.
Los responsables de esta proeza técnica y de diseño son Guillermo e Iker Echeverría, dos jóvenes orgullosamente mexicanos de no más de 35 años de edad, que un día le apostaron a nuestro país para fabricar sus sueños.
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Desde su presentación en 2013, el bólido ha sido el objeto del deseo de los más ricos de Arabia Saudita, Estados Unidos y Francia, quienes ya tienen en su poder autos fabricados por las casas Porsche y Lamborghini, pero que desean poner sus menos en lo más nuevo y excitante que México tiene para ofrecer.
En Querétaro está la fábrica de Vuhl, que produce unos 25 autos al año, que se venden a un precio inicial de poco más de 100 mil dólares.
En ella hay 33 empleados mexicanos que, igual que los Echeverría, tienen una pasión especial por la velocidad, el lujo, el diseño, la innovación y los detalles.
Su modelo más reciente y potente, el 05RR, es el resultado de siete años de investigación y desarrollo hecho completamente por talento nacional.
Confiados en su producto, los Echeverría dijeron a EFE que su próximo objetivo es expandir su presencia en Estados Unidos, donde gobierna el presidente más antimexicano de los últimos tiempos.
Ellos creen que Vuhl encantará tanto a los consumidores de ese país, que ni Trump podrá detener la importación de sus vehículos.
Por su parte, expertos, pilotos y millonarios han avalado al Vuhl por su diseño innovador, increíble potencia de motor y desempeño envidiable.
El modelo 05RR ya fue celebrado en el famoso programa automotriz Top Gear por su peso ‘ligero’ de 640 kilos, potencia de 385 caballos de fuerza y capacidad de alcanzar velocidades de 0 a 100 km/h en sólo 2.7 segundos
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