El lujo de la celebración de la presidencia de Donald Trump no correrá a cargo de los contribuyentes, sino de los donadores privados.
Tradicionalmente, son las corporaciones las que donan parte de su capital para patrocinar las cenas, comidas, reuniones y bailes posteriores al juramento del nuevo mandatario.
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A la aeronáutica Boeing y a la firma petrolera Chevron, les tocará participar en una elegante cena con el vicepresidente Mike Pence y su esposa como recompensa por sus millonarias donaciones para llevar a cabo el evento del 20 de enero.
En otras palabras, los CEOs de dichas firmas podrán estrechar las manos de las personas más importantes de su país, a la vez que incrementan la posibilidad de recibir un mejor trato que los demás.
¿Recuerdan la vez que Trump amenazó con cancelar una orden a Boeing?
Estas empresas no son las únicas en haber aportado capital para darle un toque sofisticado al debut de Donald Trump. Se sabe que AT&T, Coca-Cola y Verizon también ofrecieron una importante suma de dinero a la bolsa total de 90 millones de dólares en donaciones para cubrir el evento del viernes.
Los privilegios a los que uno tiene acceso por una donación de $100 mil dólares son oportunidades de hacer networking con miembros del gabinete de Trump e invitados de alto nivel.
Sin embargo, a pesar de que la tradición de aceptar donaciones de intereses privados en el evento inaugural de un presidente no es extraña (Bush y Clinton las aceptaron en su momento), en este caso existe una situación turbia pues los encargados de revelar información sobre los donantes no lo hicieron.
En 2009, Obama no aceptó donaciones que sobrepasaran los $50 mil USD.
Los aproximadamente 90 millones de dólares donados para el evento presidido por Trump superan por mucho lo que se donó para la inauguración de Barack Obama de 2009 y la celebración de su reelección en 2013.
La única parte de la ceremonia que es cubierta por los contribuyentes es cuando el presidente electo hace su juramento, mientras que el desfile corre a cargo de las fuerzas armadas de Estados Unidos.
Los eventos posteriores al juramento, así como parte de la logística corren a cargo de la iniciativa privada y es el comité inaugural el encargado de decidir cuánto se gasta y quiénes ofrecen su dinero para darle pompa al evento.
En 2013, los Obama celebraron con bombo y platillo la reelección de Barack
En esta ocasión, el debut de Trump logró recaudar $90 millones de dólares, cantidad que los expertos no saben cómo se utilizará por la falta de información liberada por el comité inaugural.
Sin embargo, un portavoz del organismo aseguró que el dinero que no se use para cubrir el evento será donado a la caridad, pero no se dieron más detalles.
Así comienza el primer día de la era Trump, una administración que tiene al vilo del asiento a millones de espectadores que barajan con ansiedad las cosas que sucederán dentro de los siguientes cuatro años.
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