Asistir a una entrevista de trabajo con la idea de que debemos de contestar correctamente las preguntas que nos hace el reclutador o nuestro próximo jefe es un grave error.
Esa mentalidad no lleva más que al acartonamiento de nuestra imagen y a tropezarnos con nuestras propias ideas. No estamos en un examen, sino en una oportunidad para conocer mejor con quién trataremos durante los próximos meses o años.
Luego de satisfacer la curiosidad profesional de tu entrevistador, probablemente la última pregunta que se te haga será si tú no tienes alguna incógnita que deseas resuelta.
Ante esta oportunidad lo que debes hacer para saber si tu próximo trabajo será horrible es preguntar:
“¿Cuál es el mejor momento que recuerdas trabajando para esta compañía?”
Por simplona y extraña que parezca, la pregunta te permitirá conocer la opinión honesta de alguien que trabaja en la compañía a la que buscas entrar.
Además dejarás ver al reclutador tu genuino interés por integrarte a su equipo de trabajo.
Así lo indica Marshall Darr, experto en gestión de personal en Gusto, una firma de servicios financieros.
Sin embargo, si no obtienes una respuesta es porque probablemente la empresa a la cual intentas ingresar no reconoce los logros de sus empleados ni se preocupa por tenerlos contentos.
Una vez en esta posición, quizá sea mejor buscar otro empleo porque si ni siquiera tu próximo jefe puede recordar un momento bueno en su compañía es porque algo anda muy mal.