“Una vez cada cierto tiempo llega un producto revolucionario que cambia todo”, fue la frase que Steve Jobs pronunció al presentar el iPhone en 2007. El fallecido cofundador de Apple no se equivocaba, el dispositivo revolucionó la telefonía móvil y permitió la creación del mercado de aplicaciones móviles.
El teléfono, con pantalla táctil de 3.5 pulgadas, cámara de dos megapixeles y memoria con capacidad de ocho GB; comenzó la batalla por crear el mejor smartphone.
Desde entonces, la compañía ha introducido una nueva generación del equipo cada año, con un rediseño cada dos generaciones. Cada lanzamiento emocionaba a los fanáticos de la marca, quienes hacían largas filas para adquirir el dispositivo cuando llegaba a las tiendas.
Aunque por muchos años la fórmula había sido exitosa para la empresa de Cupertino, factores como el entorno económico volátil y las pequeñas mejoras entre las nuevas versiones de los teléfonos, han ocasionado que la gente cambie sus equipos con menor frecuencia. En abril, las bajas ventas del iPhone provocaron la primera caída en ingresos de Apple en 13 años.
Para impulsar las ventas del iPhone, la firma lanzó el modelo SE, con un precio menor a su equipo más reciente (6S y 6S Plus) y con el que espera competir en el segmento de gama media.
La compañía también cambiará el esquema de lanzamiento de sus equipos. De acuerdo con The Wall Street Journal, el nuevo dispositivo tendrá mejoras mínimas y será muy similar al 6S. Los rumores indican que será un milímetro más delgado y prescindirá de la entrada para audífonos, los cuales serán inalámbricos.
Los grandes cambios se reservarán para 2017, año en que el iPhone celebrará su décimo aniversario, cuando se contempla un diseño con una pantalla que llegará hasta los bordes laterales con lector de huella digital incluida.
¿Logrará Apple reconquistar al mercado y revertir la caída en ventas del dispositivo?
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