A lo largo de 200 años, México y Estados Unidos han compartido una complicada relación de vecinos que, a pesar de su cercanía geográfica, no acaban de entenderse del todo.
Tanto en su campaña como en la presidencia, Trump ha hecho gala de una polémica retórica nacionalista que no escatima en señalamientos contra los migrantes y amenazas contra México.
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Pero su discurso no es nuevo. Ni el muro ni las deportaciones son ideas a las que nuestro país se haya enfrentado nunca, sino todo lo contrario.
Si exploramos la fascinante historia de la relación entre México y Estados Unidos, descubriremos que en más de dos siglos ha habido momentos mucho peores de los que podrían esperarse de los breves años que le restan a la presidencia de Donald Trump. Descubramos algunos:
James K. Polk, 11.° Presidente de los Estados Unidos
El primer boceto de la frontera que Trump busca amurallar se dibujó hace más de 170 años, durante la segunda mitad del siglo XIII.
Buscando expandir el territorio de su país, el presidente James Polk invadió México, ocupó brevemente la capital de nuestra nación y mandó capturar a nuestro presidente, Antonio López de Santa Anna.
No sólo eso, sino que el mandatario, conocido por su racismo contra los mexicanos, obligó al nuestro a firmar un tratado que mutiló los estados de Coahuila, Tamaulipas, Nuevo México y Chihuahua.
Como ves, Polk no sólo veía a su vecino del sur como una nación inferior, sino que invadió y saqueó a un país que no le había hecho ofensa alguna.
William Taft, 27.° Presidente de los Estados Unidos
Décadas más tarde, justo cuando México celebraba la victoria de su flamante presidente Francisco I. Madero, el embajador estadounidense, en colusión con el secretario de estado de Taft (quien indudablemente conocía las intenciones de sus subalternos), forjó un plan para derrocar al ‘apóstol de la democracia’ con un golpe de estado que desencadenó una masacre que duraría una década.
Verás, en ese entonces Taft temía que las políticas del sucesor de Porfirio Díaz afectaran las inversiones estadounidenses que el Porfiriato permitió en México, por lo que, haciendo uso de artimañas diplomáticas nacidas en el corazón de la Embajada de Estados Unidos en nuestro país, se hizo a un lado a Madero para colocar a alguien que fuera mas… obediente.
En esos días, el candidato que Taft creyó más adecuado fue el militar Victoriano Huerta.
Meses más tarde, se demostró que esta había sido una decisión desastrosa, por lo que el gobierno estadounidense (ahora presidido por Woodrow Wilson) optó por socavar la presidencia de Huerta, prolongando la lucha armada en México.
Calvin Coolidge, 30.° Presidente de los Estados Unidos
En esta instancia, los datos son algo elusivos, pues la naturaleza confidencial de la información concerniente a esta época complica su entendimiento.
En 1927, durante el gobierno de Plutarco Elías Calles, una trama de tintes detectivescos tuvo lugar en las cúpulas más altas de los gobiernos de Estados Unidos y México.
Preocupados por la Guerra Cristera y la integridad de sus inversiones en México, los empresarios estadounidenses comenzaron a ejercer presión sobre el presidente Calvin Coolidge para ejecutar un plan para invadir nuestro país.
Según documentos recopilados por el historiador Friedrich Katz, ese plan había sido diseñado en 1918 para invadir México una vez que sus defensas se agotaran como resultado de la guerra revolucionaria contra Venustiano Carranza.
Gracias a complejas negociaciones diplomáticas entre ambos países, el plan no se concretó, pero casi una década después, Coolidge consideró revivirlo una vez más para asegurar que el petróleo mexicano no se escapara del control estadounidense por culpa de la administración de Elías Calles.
Sin embargo, debido a negociaciones entre ambos países, las posibilidades de que México volviera a ser invadido por su vecino del norte disminuyeron a su punto más bajo en décadas.
En 1914 los estadounidenses invadieron Veracruz
Aún así, tomando en cuenta las fricciones que a lo largo de casi dos siglos hemos tenido con Estados Unidos, algunos mexicanos siguen viendo a Trump como la peor calamidad que le haya sucedido a México, olvidando que ha habido otros mandatarios estadounidenses que le han hecho cosas peores a nuestro país.
Valdría la pena analizar los contextos en los que se desarrollan las relaciones entre ambas naciones, pero en estos momentos, lo más constructivo es hacer un intento por entender la situación en que vivimos tomando en cuenta de dónde venimos para descubrir hacia donde vamos como nación.