En sólo un año, la fortuna estimada de Elizabeth Holmes, la fundadora de la empresa Theranos, pasó de 4,500 millones de dólares a 400 millones, debido a las dudas que rodean a su compañía.
La firma, que Holmes fundó en 2003 tras abandonar su carrera en la Universidad de Stanford, pretendía revolucionar la medicina al realizar una treintena de análisis clínicos a partir de una gota de sangre.
Esta promesa atrajo el interés de inversionistas y empresarios. En 2013 la empresa estableció un acuerdo (que posteriormente fue pausado) para tener presencia en las sucursales de Walgreens, una de las mayores cadenas de farmacias en Estados Unidos.
En 2015 Holmes visitó México para anunciar una alianza con la Fundación Carlos Slim para implementar una plataforma que buscaba prevenir padecimientos como la diabetes.
Ese mismo año, la empresaria encabezó la lista Forbes de las millonarias que amasaron su propia fortuna.
Sin embargo, desde hace algunos meses, se ha cuestionado la precisión de las pruebas y que la compañía en verdad esté usando su tecnología para realizarlas, por lo que diversas agencias estadounidenses investigan a la compañía.
La situación ocasionó que el valor estimado de la empresa cayera de 9,000 millones de dólares a 800 millones.
Holmes posee el 50% de la empresa, pero el acuerdo con los accionistas establece que en caso de un evento de liquidez (como la venta de la empresa o una salida a bolsa), ella será la última en recibir dinero.
Ahora, el reto para la fundadora de la compañía es demostrar la efectividad de su tecnología.
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