Hace meses los medios españoles se deshacían en halagos hacia la inventiva española que permitió la creación del gran contrincante de Apple.
Sin embargo, apenas hace unas horas se destapó lo que acabó por ser el gran fraude tecnológico de la década: los ‘Steve Jobs’ españoles que estaban a punto de revolucionar la industria móvil nunca habían fabricado un solo teléfono.
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En realidad revendían smartphones Android hechos por la firma china Xiaomi como si hubieran sido hechos por la joven empresa española Zetta.
Actualmente hay cuatro teléfonos en el catálogo de la empresa
El inicio del supuesto fraude
En abril de 2014 dos españoles y un ciudadano chino de menos de 35 años deciden crear un teléfono que pudiera competir con los titanes de la industria: Samsung y, especialmente, Apple.
Meses después la iniciativa rinde sus primeros frutos: un teléfono Android de elegante diseño exterior y poderoso interior que se vendía en 155 euros (unos 170 USD) desde su tienda en línea.
El mayor atractivo del primer teléfono lanzado bajo la marca Zetta fue el bajo precio con el que se comercializó, mismo que atrajo a un público que ya estaba harto de despilfarrar su salario en smartphones el doble o el triple de caros.
Debajo de las etiquetas de Zetta están las de Xiaomi
Meses más tarde, ya en octubre del año en curso, la empresa identificada por una bellota mordida, símbolo de la bellota extremeña, oriunda de la región también conocida por haber visto nacer al conquistador español Hernán Cortés hace más de 500 años, se había posicionado como una de las marcas más prometedoras de la nación ibérica.
Bajo su nombre hay siete establecimientos donde la gente aún hacerse de un flamante Zetta Conquistador de 5.5 pulgadas o una versión de 4.7″ en diagonal, además de que en España ya había más de 80 puntos de venta en el que sus productos se ofrecen en el mismo anaquel que los de HTC, Samsung y Apple.
Se destapa la posible estafa
Todo iba bien para Bojun Cui, Unai Nieto, Manuel Muñiz, Juan José Cortés y Antonio Ribera hasta que los portales Forocoches y Thegeekhammer hicieron un descubrimiento desconsolador para la escena del emprendimiento español: Zetta no fabricaba sus teléfonos, sino que vendía smartphones fabricados por la china Xiaomi a precios más elevados.
Los responsables de Zetta, que nunca dudaron en compartir en redes sociales fotografías de las supuestas plantas de ensamblaje y centros de desarrollo donde supuestamente se ensamblan sus teléfonos, se limitaban a colocar algunas calcomanías sobre las marcas del verdadero fabricante y los vendían dos o tres veces más caro que su precio original.
La gente detrás de Zetta asegura que sus teléfonos son de diseño propio
Dice el diario El País que el domicilio social de Zetta está en Vallecas, un barrio madrileño a más de 400 kilómetros de distancia de la supuesta cuna de la empresa y que quienes lo habitan parecen ser ‘una familia normal’ que ‘no han visto desde hace unas semanas’.
Actualmente las redes sociales de la marca han parado actividades a excepción de una publicación en Facebook que asegura que su página oficial se ha convertido en objeto de ataques, por lo que el acceso a la misma estaba restringida.
Al momento de redactar la nota pudimos entrar a zettaphone.com sin problemas y descubrimos que el catálogo en línea aún está funcionando y que, de hecho, sus redes sociales continúan operando excepto Twitter.
Facebook sigue aceptando compras
Hasta el momento, ninguno de los cinco socios de la empresa que aseguraba diseñar sus propios teléfonos por y para el público español ha hecho alguna declaración, mientras que las autoridades competentes continúan resolviendo las dudas de las miles de personas que pudieron haber sido defraudadas por la empresa.
Hoy la escena del emprendimiento español está de luto pues Zetta, su estrella más brillante, está peligrosamente cerca de revelarse como una quimera más de esas que hicieron dinero fácil para esfumarse en un océano de inconsistencias legales.
Dejamos una entrevista hecha a los representantes de Zetta en la televisión española algunos meses antes de la crisis.
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