La informalidad puede tener ventajas como ser jefe propio o percibir ingresos superiores a los de un profesionista, pero un trabajo estable también le resulta a atractivo al comerciante callejero.
Según la sexta encuesta nacional de la Asociación Mexicana de Afores (amafore), los mexicanos preferirían gozar de la estabilidad de un empleo formal a pesar de que sus ingresos serían relativamente menores
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En otras palabras, gran parte de los mexicanos están dispuestos a sacrificar una billetera gorda con tal de tener un horario fijo que cumplir y una entrada constante de ingresos y beneficios sociales.
Entre las ventajas que ofrece un trabajo formal se encuentra la posibilidad de aspirar a una pensión, seguro médico y un eventual crédito para adquirir casa.
De acuerdo a Carlos Noriega, presidente de Amafore, el contar con un fondo para sobrellevar la vejez se asocia con la tranquilidad y la felicidad de una persona que, luego de llegar a cierta edad, ya no puede trabajar al ritmo de antes.
Sin embargo, esa misma encuesta también revela un fenómeno interesante: los empleados que alguna vez tuvieron un trabajo estable ahora se desarrollan en la informalidad. Más específicamente, el 52% de los encuestados.
¿Qué sucede? Quizá tener estabilidad social puede ser tranquilizante a largo plazo, pero cuando de pagar las cuentas se trata, un salario bajo siempre va a ser una razón para buscar otros medios para subsistir.
Tal vez hace falta buscar un balance entre las ventajas de la formalidad (que son mucho más benéficos tanto para el individuo como para la sociedad), y las de la informalidad, que por lo regular suelen ser mayores y más inmediatos, pero también más irregulares.
gtb
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