Cuando oímos hablar de una app que convierte cualquier foto en una obra de arte, no pudimos resistirnos a probarla.
Se llama Prisma, es gratuita y está disponible para iOS y, más recientemente, para Android.
Su uso es relativamente sencillo, en especial porque su diseño minimalista permite dominar la mayoría de sus funciones en un santiamén.
Existen varios filtros que nos ayudan a reinterpretar nuestras fotos de una forma muy peculiar e interesante, y la manera en la que se nos permite descargar, compartir y publicar el resultado vuelven la experiencia de usar Prisma en un sinónimo de ‘intuitivo’.
Los filtros tardan mucho en cargar
Sin embargo, debido a la popularidad de la app, nos fue harto complicado explorar la mayoría de los filtros debido a que sus servidores se encuentran saturados.
Así es, en un caso típico de los tiempos del uso masivo de aplicaciones, Prisma falla como consecuencia de su inesperado pero súbito éxito.
Por eso, la experiencia de ver nuestras fotos transformadas en piezas visualmente artísticas se convierte en un periplo rocambolesco que disuade al usuario de continuar usándola.
No obstante y para ser justos, el atropellado rendimiento de la aplicación no se debe a una mala arquitectura, sino porque la aplicación de filtros obedece a algoritmos procesados por una inteligencia artificial capaz de ‘ver’ una foto y darle un toque artístico.
‘Prisma ha superado su capacidad’
En otras palabras, Prisma no se limita a ‘vestir’ una foto y ya, sino que le da un giro de 180 grados con base en su composición, color y volumen.
Por ahora hay 30 filtros diferentes y algunos de ellos son patrocinados por marcas famosas, lo que revela el gran potencial que tiene esta app para monetizarse.
¿Podrá reemplazar a Instagram? Por ahora es demasiado pronto para decirlo, pero los especialistas creen que ambas aplicaciones ofrecen cosas muy distintas, lo que vuelve ociosas las comparaciones.
¿Ya la bajaste? Dinos qué piensas sobre Prisma.
