Sabías que existe un método japonés de elaboración de presupuestos, llamado kakeibo o kakebo. Fue diseñado para ayudarte a alcanzar tus objetivos de ahorro. El objetivo es tomar consciencia del porqué realizamos cada compra.
La idea se encuentra en aplicar el mindfulness (atención plena) a la hora de gastar y reducir la velocidad a la hora de tomar una decisión de compra.
La palabra “Kakeibo” se deriva de “Kakei”, que significa “contabilidad doméstica”, y “bo”, que significa “libro”. Como su nombre lo indica, es una forma de mejorar la administración por medio de una libreta de ahorro.
El plan de ahorro Kakeibo es originario de Japón. Data de 120 años, a pesar de eso, está más vigente que nunca. La periodista Hani Motoko lo ideó para ayudar a otras mujeres a llevar las cuentas del hogar y tener recursos para ahorrar, según reseña Infobae.
Este sistema de cómo llevar nuestras cuentas personales, abre paso a una serie de rutinas que permiten obtener consciencia de cómo estamos gastando el dinero. Con este método, algunos expertos señalan que es posible ahorrar hasta un 35% de los gastos mensuales.
Sabemos que cambiar este tipo de hábitos financieros no es tarea fácil, debido a que están profundamente arraigados en nuestra rutina diaria.
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El objetivo es que seas consciente de tus gastos para ahorrar más.
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Escribe tus ingresos y desembolsos a mano y decide qué cantidad destinas al ahorro.
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A final de mes haz un balance y observa la naturaleza de tus gastos. ¿Te has acercado a tus metas de ahorro?
¿Cómo funciona el método Kakeibo?
El primer paso es establecer un presupuesto que documente los ingresos proyectados y los gastos fijos. Asimismo, hay que establecer una meta de ahorro. Kakeibo, explican desde Money under 30, especifica cuatro pilares o categorías de gasto, en los que tendremos que ir anotando (y clasificando) los gastos:
La idea es llevar el Día a día
Deduce la partida que quieres utilizar para tus objetivos de ahorro, y así tendrás tu presupuesto mensual para gastos variables. Estos también debes registrarlos de manera diaria, o al menos regularmente. Luego, clasifícalos según su naturaleza:
- Supervivencia: alimentación, electricidad, agua, medicinas, transporte.
- Ocio: comidas fuera de casa, viajes, tabaco, etc.
- Culturales: desembolsos en libros, películas, teatro, conciertos y cualquier tipo de actividad cultural.
- Imprevistos o extra: no se pueden predecir ni evitar. Por ejemplo, las reparaciones en casa, averías en el coche o los electrodomésticos, entre otros. Por otra parte, es aconsejable que tengas un fondo de emergencia para estos sucesos inesperados.
Balance semanal
Como hemos mencionado, estos gastos variables se anotan y al final de la semana se debe hacer un balance. De este modo. Al restar los gastos variables semanales del presupuesto mensual, podrás ver la disponibilidad para el resto del mes.
Con este balance semanal podrás saber si vas por el buen camino para lograr tus objetivos de ahorro. Si no debes corregir el presupuesto.
Balance mensual
Siguiendo la técnica Kakeibo, al final de cada mes tendrás que hacer tu balance mensual. En este balance, comprobarás si has logrado tus metas de ahorro. Y, al mismo tiempo, podrás ver en perspectiva todos los gastos que has tenido a lo largo del mes.
Ya solo queda reflexionar sobre la naturaleza de los gastos y recortarlos si no has alcanzado tus objetivos de ahorro. Por supuesto, a medida que pasen los meses, podrás perfeccionar el sistema y calcular tus datos con más precisión, tanto los gastos variables como la cantidad que puedes ahorrar.