Starbucks es una compañía presente en 75 países que, al cierre del año fiscal, generó ganancias de más de 21 mil 300 millones de dólares, lo que significa que diariamente sirve una inconmensurable cantidad de café a una cantidad aún mayor de clientes.
A pesar de contar con recursos casi ilimitados para enseñar a sus baristas a escribir apropiadamente los nombres de sus consumidores, la empresa no lo hace por una razón aún desconocida.
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Existe una macabra teoría que sugiere que los empleados de Starbucks están entrenados para escribir mal tu nombre sobre el vaso de tu bebida a propósito.
Se dice que se trata de una elaborada estrategia de mercadotecnia para hacer que sus millones de clientes le hagan publicidad gratuita a la empresa de manera inconsciente.
En otras palabras, esa inocente foto de tu vaso decorado con tu nombre mal escrito que acabas de publicar en tus redes sociales es, en realidad, un anuncio que invita a todos tus contactos a vivir la misma experiencia en una de las más de 25 mil sucursales de Starbucks que hay en el mundo.
Piénsalo, en cada imagen donde aparece un vaso de Starbucks existen dos elementos siempre presentes: el logo de la empresa y un nombre mal escrito.
Además, cada foto viene acompañada de una gran cantidad de hashtags que hacen referencia a la cadena de cafeterías y sus productos, incrementando su presencia en las redes sociales.
Ni siquiera los nombres más sencillos como ‘Ana’ o ‘María’ se salvan de la destructiva ortografía de los baristas quienes, de manera descarada, se las arreglan para encontrar formas equivocadas de redactar el nombre que te dieron tus padres al nacer.
¿Será que Starbucks nos ve como peones en una conspiración de escala global diseñada para incrementar sus ventas? Después de todo, desde 2012 sus ganancias no han hecho más que incrementarse a más del doble, lo que demuestra que, si la estrategia de los nombres mal escritos sobre los vasos de las bebidas es cierta, ha rendido frutos.
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