La crisis de los Galaxy Note 7 explosivos es incontenible y no hay manera de pararla más que deteniendo completamente su producción.
Según un reporte de la televisora NBC, la surcoreana decidió dejar de producir los aparatos hasta descubrir exactamente qué está sucediendo con las baterías de sus aparatos.
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Detener una línea de producción no es poca cosa pues significa dejar de ganar millones de dólares y congelar el ensamblado de los componentes de un smartphone de gama alta cuyo costo de desarrollo representa una inversión considerable.
Esto también tiene como consecuencia la paralización de un incontable número de empleados, transportistas, proveedores y distribuidores.
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La decisión llega luego de que Samsung tuviera que enfrentar, no sólo una ola de teléfonos cuya batería explotaba al cargarlos, sino dos.
El teléfono que competiría más ferozmente con el iPhone 7 ha sido declarado producto ‘invendible’ por tres de los principales distribuidores de telefonía móvil en Estados Unidos: AT&T, Verizon y T-Mobile.
Según recomiendan los expertos, en este punto lo mejor no es esperar a que Samsung reemplace tu Note 7, sino pedir un reembolso y voltear a ver otras opciones como el LG G5 o el HTC 10.
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