Nunca antes en su historia Samsung ha sufrido una crisis como la de las baterías de sus flamantes Galaxy Note 7.
Pero, ¿cómo una compañía que lleva décadas fabricando teléfonos de gama alta y baterías de gran potencia se equivoca de una manera tan desastrosa?
Relacionado: Usan Galaxy Note 7 como granada y desatan el caos
La culpa podría ser, no de la subsidiaria que fabricó las baterías de los Note 7, ni de Samsung, sino del afán de innovación.
¿Cuántas veces han fallado los cohetes de Elon Musk en una era en la que la exploración espacial ya debería estar dominada? Un montón de veces, y seguirán fallando hasta que se encuentre la forma de que ya no lo hagan con tanta recurrencia.
Aún hay firmas automotrices que diseñan autos que se arruinan tras recorrer los primeros kilómetros fuera de la agencia a pesar de que tenemos más de un siglo de experiencia en esta industria.
Cada fracaso nos acerca a encontrar la fórmula del éxito garantizado
A más de cien años de aviación, existen aeronaves cuyos circuitos fallan a medio vuelo.
¿No deberían los ingenieros tener la experiencia suficiente como para crear dispositivos cada vez mejores y a prueba de fallas?
La verdad es que no y probablemente jamás dejaremos de cometer errores en el diseño de nuevos aparatos, vehículos y tecnologías debido a una cosa: la innovación.
Los ingenieros de Samsung, en su afán por competir con Apple, desearon diseñar el Galaxy Note 7, no solo como un phonlet poderoso, sino también elegante y muy delgado.
Innovar es alejarse de lo conocido y explorar lo desconocido. Esa incertidumbre lleva a tropezar, pero también a hallar nuevos horizontes.
La fina línea del aparato no debía interponerse en la autonomía de su batería, misma que tuvo que ser rediseñada para almacenar un amperaje descomunal a la altura de las capacidades del aparato (3,500 mAh) en un espacio más pequeño.
La batería del Note 7 es muy poderosa, pero demasiado delgada
En lugar de irse por la fácil y hacer una batería como las de siempre, los de Samsung encargaron el diseño de una más delgada y amplia que resultó en una falla catastrófica que hoy, mientras se redacta esta nota, ya paralizó la producción total del Galaxy Note 7 de manera definitiva.
De acuerdo a un informe enviado a la Agencia de Normas y Tecnología de Corea y divulgado por Bloomberg, los ingenieros de Samsung presionaron demasiado la pila con el fin de hacerla lo suficientemente delgada como para caber en el ya de por sí fino aparato.
La presión sobre las placas dentro de las células de la batería pudo haber sido tanta que acabaron por empujar los polos positivo y negativo hasta hacer contacto entre ellos.
Innovar incrementa los riesgos de fallas e incidentes, pero ayuda a crecer
Esta persecución por innovar acabó por perforar una fina capa plástica que separa el lado positivo del negativo, incrementando el riesgo de incendio derivado de algún cortocircuito.
Según comentó Don Sadoway, profesor de materiales químicos del MIT, a CNet, las baterías de hoy en día son, en realidad, un montón de componentes químicos sometidos a una presión brutal que permite almacenar la electricidad que le da vida al aparato.
En el caso de Samsung existe la posibilidad de que las baterías del Note 7 estuvieron a una presión tan alta que acabaron por quebrar componentes esenciales que evitaban el contacto entre los electrodos internos, mismo que pudo haber provocado reacciones eléctricas y químicas que desembocaron en un incendio súbito.
Es posible seguir haciendo baterías gruesas, pero ¿para qué conformarse?
¿Y todo por qué? Por atreverse a innovar algo que ya estaba dominado. Por no quedarse en una zona de confort y buscar fabricar un teléfono mejor, más atractivo que el iPhone.
¿O tú qué opinas?
También podría interesarte: Samsung detiene completamente la producción del Galaxy Note 7