Los hermanos Miguel y María José León son los fundadores de la empresa Biodiqro, que fabrica biodiésel a base del aceite quemado de cocina, que suele tirarse y contamina miles de litros de agua.
Los hermanos que recibieron el Premio Juventud 2018 de Querétaro en la categoría ‘Ingenio Emprendedor’, buscan que el transporte público del estado sea el primero a nivel nacional en utilizar biocombustible y así reducir la contaminación.
Los empresarios fundaron Biodiqro en 2015 y comenzaron a recolectar el aceite quemado de las cocinas, pero posteriormente buscaron a la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y a la Asociación de Hoteleros de Querétaro y fueron contratados para recolectar el aceite quemado de sus locales.
Utilizar biodiésel reduce emisiones de CO2 en un 80% comparado al uso del diésel y por cada aceite quemado que se recicla se evita la contaminación de hasta mil litros de agua.
Aunque el biodiésel no puede ir directamente a los motores, debe mezclarse con un 90% de diésel, pero en la Universidad Aeronáutica de Querétaro (UNAQ) ya está haciendo pruebas para que la mezcla pueda ser de 30% de biodiésel y 70% de diésel.
Actualmente existen muy pocas empresas dedicadas a producir biodiésel, por lo que los hermanos, egresados del Tec de Monterrey, consideran necesario concientizar a la sociedad de los beneficios que tiene su uso.