Bien dicen que los verdaderos amigos se conocen en los peores momentos; pero hay de amigos a amigos, y los de Javier Duarte ahora brillan por su ausencia, después de su captura.
Después de 6 meses de ser prófugo de la justicia, el sábado por la noche fue capturado Javier Duarte, ex gobernador de Veracruz, y calificado por muchos como ‘el peor gobernador de la historia de ese estado’, debido a diversos delitos de corrupción, lavado de dinero y crimen organizado.
Las críticas y reacciones no se hicieron esperar, pero las que más destacaron fueron las de aquellos que en su momento habían aparentado tener una ‘sincera amistad’.
Como la que tenía con el abanderado del PRI a la gubernatura del Edomex y primo del presidente, Alfredo del Mazo, quien recientemente declaró no tener nexos con el ex gobernador.
O con la ‘bonita amistad’ que tenía con el mismísimo presidente, Enrique Peña Nieto, en plena campaña electoral, por allá del año 2012.
El mismo que hoy en la mañana ofreció un mensaje sobre la captura de Duarte y Yarrington, y en donde no se le notó muy feliz que digamos.
Pero si de amigos priistas hablamos, a Duarte le sobraban y le bastaban. Su club de amigos estaba conformado por figuras como el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, el secretario de gobierno, Osorio Chong, el secretario de relaciones exteriores, Luis Videgaray, entre otros.
Y no olvidemos esta foto con el senador Héctor Yunes Landa, abanderado del PRI en Veracruz.
Pero Duarte, no sólo tuvo amigos priistas, sino otros más, que aunque no eran de su partido, les ayudó a financiar algunas campañas electorales y ahora lo acusan de ‘chivo expiatorio’.
Y por qué no, unos cuantos amigos más por aquí y por allá. ¿Dónde estarán todos ellos ahora?
Por lo pronto el presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Ochoa Reza, se mostró muy feliz, al asegurar que las acciones emitidas por el Gobierno Federal están “cambiando a México”.
Con estos amigos, ¿para qué quiere enemigos?