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En este satélite de Júpiter hallaron tsunamis gigantes de lava

La exploración espacial es fascinante y más cuando la humanidad descubre verdaderos agujeros infernales de ardientes tsunamis de lava.

Uno de los últimos hallazgos fue el de un extraño fenómeno que sucede cada par de años en la superficie de Ío, una de las lunas jovianas de Júpiter y el cuarto satélite más grande de dicho planeta.

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Los astrónomos de la Universidad de Berkley observaron dos extraños fulgores en sus monitores, mismos que parecían ser intensificados por el paso de Europa, otra de las lunas de Júpiter y uno de los probables candidatos a convertirse en la segunda Tierra por la presencia de agua salada en su superficie.

Luego de varios análisis, los astrónomos descubrieron que esas explosiones se debían a la liberación de cantidades masivas de calor provenientes de olas o tsunamis gigantes de roca fundida que atraviesan el Lago Patera, un lago de lava de más de 21 mil kilómetros cuadrados de extensión.

La gran cantidad de lava que llevan estas olas de varias decenas de metros de altura, recorren gran parte del lago e inundan las zonas aledañas, incendiando todo a su paso.

Fascinados por el fenómeno, los especialistas usaron un potente telescopio conocido como Large Binocular Telescope Observatory (LBTO) para analizarlo mejor y medir la conducta de las olas sobre la superficie de Ío.

El resplandor se intensifica al paso de Europa, la luna helada

Lo que descubrieron fue aún más interesante: al parecer los tsunamis se mueven a ritmos diferentes, son desencadenados por el paso de Europa sobre el satélite de Júpiter y se desplazan a una velocidad de un kilómetro por día para cubrir la isla ubicada al centro del lago Patera.

Al parecer aún es temprano para sacar conclusiones, en especial porque la manera en la que la lava se desplaza, es muy diferente a la forma en la que la de nuestro planeta lo hace.

Además, el descubrimiento de las olas echa por tierra la teoría de que las fluctuaciones de calor se debían a la intensa actividad volcánica en Ío, por lo que hay que volver a reajustar los cálculos para saber exactamente qué sucede en ese satélite tan distante.

Lo que toca, indica el portal Nature, es enviar una sonda al satélite joviano para estudiar de cerca sus extraños fenómenos.

 

gtb

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