Por décadas, el ‘coco’ de la imparable industria manufacturera china ha sido, ni más ni menos, que uno de los utensilios más comunes del mundo: el bolígrafo.
A pesar de los esfuerzos de los fabricantes chinos, no ha sido posible producir un buen bolígrafo que se sea tan cómodo de usar como los que los alemanes y japoneses fabrican desde hace años.
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A pesar de que China tiene décadas construyendo misiles intercontinentales, transbordadores espaciales, teléfonos móviles y toda suerte de productos venerados en occidente, la primitiva tecnología de una pluma o bolígrafo sigue sin ser domada.
En 2016, Li Keqiang, primer ministro chino, lamentó que su país no pudiera producir una buena versión de la herramienta de escritura, lo que ha obligado a más de 3 mil fabricantes nacionales a importar la pequeña espera que distribuye la tinta que permite que los bolígrafos escriban claramente.
Un buen bolígrafo requiere de sofisticada maquinaria de precisión que China no tiene
La sola importación de la esfera le ha costado a la industria un mínimo de 17.3 millones de dólares anuales, lo que representa un reto logístico y creativo para ‘Made in China 2015’, una ambiciosa campaña nacional para popularizar el consumo y calidad de los productos chinos.
Sin embargo, existe un rayo de esperanza. Cinco años de investigación e imitación de las fábricas de bolígrafos extranjeras le han dado a los chinos las capacidades técnicas necesarias para desarrollar la industria de precisión requerida para fabricar las esferas distribuidoras de tinta por sí mismos y detener su importación en un par de años.
Los chinos buscan ser referente de calidad en utensilios de escritura
Ese esfuerzo requerirá un cambio de mentalidad más enfocado a la manufactura en masa y menos a la artesanía, fuerte de la cultura china durante milenios.
Por décadas, los chinos han ensamblado teléfonos de alta potencia y armamento de avanzada, pero muchos de sus componentes clave provienen de fabricantes japoneses, estadounidenses o europeos.
El gobierno chino busca cambiar este paradigma un producto a la vez, comenzando por el más elemental: el bolígrafo.
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