Cuando Samsung presentó sus nuevos teléfonos Galaxy S8 y S8+, mostró una sofisticada adición a las medidas de seguridad biométricas (como el lector de huella digital): un scanner de iris que ofrecería mayor seguridad ante los intentos de desbloquear el equipo. Pero resulta que es una medida relativamente frágil.
Los hackers del Chaos Computer Club (CCC) hallaron, en tan sólo un día, una forma de violar el sistema de seguridad con un “iris falso”.
Para crearlo, tomaron una foto a una distancia media de la cara de la persona con el modo nocturno de una cámara digital, después imprimieron la foto en una impresora láser y finalmente, colocaron un lente de contacto sobre el ojo para dar la ilusión de profundidad ante el software del teléfono; con eso bastó para acceder a dispositivo.
“Si valoras la información en tu teléfono, y quizá incluso usarla como método de pago, usar el código de seguridad tradicional es más seguro que usar tus características físicas para autenticarte”, dijo un portavoz del CCC.
No es la primera vez que el grupo de hackers burla un método aparentemente infalible, en 2013 lograron engañar al lector de huella digital del iPhone.
ailg