En 2007 con sólo 20 años Jordi Muñoz emigró a California, Estado Unidos, luego de haber sido rechazado dos veces del Instituto Politécnico Nacional (IPN) donde quería estudiar un carrera.
Su amor a la tecnología lo llevó a crear un dron, utilizando los sensores de su consola Nintendo, una placa de arduino (una plataforma de hardware abierta) y un helicóptero de juguete.
Posteriormente subió un video de su creación a la página DIYdrones.com, a la que acudían los apasionados de los drones caseros y logró llamar la atención de Chris Anderson, que entonces era un editor de una importante revista de tecnología.
En 2009 Jordi Muñoz y Chris Anderson fundaron 3D Robotics una empresa pionera en la creación de drones, que llegó a ser una de las más reconocidas de Estados Unidos, tan sólo en 2012 su empresa estaba valuada en 360 millones de dólares (mdd).
Sin embargo, después de lanzar 3D Robotics Solo, un dron al que le apostaron todo, y terminaron con una enorme deuda que casi provoca que cierren la empresa.
Su fracaso se debió a que no cumplieron con las entregas, había fallas en los drones, pero sobre todo a que su principal competidor, DJI, comenzó a utilizar su sistema en sus productos.
Sin embargo, 3D Robotics no cerró y actualmente se dedica a fabricar softwares que son útiles para los drones, además, Jordi creó otra compañía llamada Mayan Robotics.
En su última participación en el Campus Party, Jordi recomendó a los jóvenes mexicanos que quieren emprender, trabajar muy duro y no darse por vencidos de inmediato.