Este año pintaba bien para las startups de tecnología en Reino Unido, tanto en la cantidad de empresas creadas, fondeo y adquisiciones por parte de firmas globales. Luego triunfó el Brexit.
Ahora, las empresas con alto perfil amenazan con frenar o dar marcha atrás a sus planes para entrar en el mercado británico, los empleados provenientes de otros países se preocupan sobre su estatus migratorio y los inversionistas podrían cortar el flujo de capital necesario para el crecimiento de las empresas jóvenes.
Las firmas de investigación de mercado estiman que el gasto en anuncios y tecnología en Reino Unido se reducirá drásticamente y a largo plazo, los presupuestos destinados a estos rubros podrían moverse hacia el resto de Europa.
Dentro de Reino Unido, Londres se ha convertido en un imán para los emprendedores en tecnología que quieren hacer negocios en la eurozona, así como una plataforma de lanzamiento para las firmas que quieren competir con gigantes de la web estadounidenses y asiáticos. Más de la mitad de los fundadores de las principales startups son extranjeros.
Para los emprendedores, establecer su negocio en un Estado miembro tiene las ventajas de tener acceso a contratar personal de otros países (gracias a la movilidad laboral), así como adoptar regulaciones válidas para operar en el resto de la Unión Europea, por lo que la separación pone en duda lo que va ocurrir en ambos casos y abre la posibilidad de mudar sus oficinas centrales a ciudades como Berlín, rival de Londres en cuanto a nuevas startups de tecnología.
Vía: VentureBeat/Reuters
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