El ambiente laboral dentro de Uber vuelve a estar bajo los reflectores, en esta ocasión debido al suicidio de Joseph Thomas, uno de sus ingenieros.
De acuerdo con la esposa del trabajador, Zecole Thomas, el estrés y el racismo que se vivía al interior de la startup contribuyeron a que la salud mental del trabajador se deteriorara antes de quitarse la vida en agosto pasado.
Tras el suceso, Zecole contrató a un abogado para interponer una demanda contra Uber y obligarla a ofrecer compensaciones para sus empleados, pero la firma dirigida por Travis Kalanick rechazó los reclamos.
El argumento de la empresa fue que Joseph, quien llevaba cinco años como parte de la plantilla, no había laborado el tiempo suficiente para que los beneficios de compensación entraran en vigor. Sin embargo, pero el abogado de la familia indica que bajo las leyes del estado de California, los impactos a la salud mental de Thomas deberían exceptuarlo de las políticas de la compañía, con lo que su esposa y sus hijos recibirían hasta 722 mil dólares.
De acuerdo con el diario San Francisco Chronicle, Joseph Thomas trabajó como ingeniero de software en la empresa, a la que se unió por considerar que la empresa le ofrecía buenas perspectivas de carrera, pero su esposa dijo que poco después su personalidad “cambió por completo”.
“Estaba muy preocupado por su trabajo, era algo difícil de concebir. Decía que no podía hacer nada bien”, manifestó Zecole. El padre de Joseph, Joe Thomas, también notó el cambio, “siempre era el hombre más inteligente en la habitación (y después de trabajar en Uber) todo se fue por la cañería. Se convirtió en alguien con muy poca confianza en sí mismo”.
La familia de Thomas, quien era afroamericano, cree que el racismo también tuvo una influencia sobre su estado de salud. De acuerdo con el reporte de diversidad recientemente revelado por Uber, sólo 1% del personal es afroamericano.
En los últimos meses, la cultura laboral de Uber ha estado en medio de la polémica luego de que una extrabajadora denunciara que se trata de una cultura sexista que promueve el avance a costa de todo y con un departamento de Recursos Humanos incapaz de responder con eficiencia a los empleados.
