Luego de que en el año 2016 Samsung generara una polémica porque algunas de las baterías del Galaxy Note 7 explotaban, hoy la compañía surcoreana es centro de un escándalo similar.
El pasado 30 de abril un consumidor de Corea del Sur de apellido Lee, compartió que su Galaxy S10 5G explotó de repente y la compañía se niega a pagárselo o reponérselo.
Según contó Lee, su teléfono estaba en la mesa cuando de repente empezó a oler a quemado y a llenarse de humo, cuando lo agarró estaba tan caliente que tuvo que dejarlo caer al piso.
Sin embargo, tras inspeccionar el equipo, Samsung concluyó en un comunicado que el daño fue causado por un “impacto externo” por lo que no pagarán el teléfono, que en México tiene un costo superior a 20 mil pesos.
No es el primer escándalo que enfrenta la compañía, en semanas recientes periodistas reportaron que el Galaxy Fold que Samsung les dio para hacer reseñas, se descomponía a los dos días, por lo que la empresa pospuso su lanzamiento.
