México fue el primer país de América Latina donde se presentó una función de cine en 1896, durante el Porfiriato, la cual dejó maravillados a todos y desde entonces se ha convertido en una fuente de negocio que varios han sabido aprovechar.
Aquí te presentamos algunos casos:
La empresa mexicana Cinépolis, que dirige Alejandro Ramírez, fue la inventora de las salas de cine VIP en 1999, que ofrecen butacas más amplias y servicio de comida a tu lugar. La idea fue todo un éxito en el país y posteriormente fue exportada a Latinoamérica y Estados Unidos.
La actriz veracruzana Salma Hayek fundó su propia casa productora en 1999 llamada ‘Ventanarosa’ con la cual realizó la película ‘Frida’, que ella misma protagonizó en 2002. Por su creación recibió 6 nominaciones a los premios Oscar, incluyendo a mejor actriz.
Algo similar hizo Alfonso Cuarón al crear la compañía productora ‘Esperanto Filmoj’, con ella produjo las películas nominadas a los premios Oscar: Laberinto del Fauno, Roma y Gravity, por esta última el director recibió su primer Oscar.
Los hermanos Joselito y Roberto Rodríguez inventaron un aparato llamado Rodríguez Sound Recording System, el cual permitía la realización de películas sonoras, aunque ya existían otros dispositivos, el de ellos era prácticamente portátil y de uso muy sencillo.
Fue puesto en funcionamiento en Estados Unidos el 15 de septiembre de 1929 en el Cine Electric de la calle Maine y se usó en ‘Santa’, la primera película sonora mexicana de 1932.
Los jóvenes Isaac Ezban, Miriam Mercado, Rafi Farca, Jacqueline Kajomovitz y Salomón Azkenazi nunca pudieron disfrutar de una función de autocinema, que en México tuvo su apogeo en los años 50, gracias al anhelo de vivir esa experiencia, en 2011 abrieron Autocinema Coyote.
Se convirtió en el primer autocinema de la Ciudad de México, después de más de 30 años de haber desaparecido; entre sus clientes predominan los jóvenes y cada mes es visitado por aproximadamente 3 mil 500 vehículos.
