Lee Jae-Yong, vicepresidente de Samsung, fue condenado a cinco años de prisión en su proceso por corrupción, tras un escándalo que le costó el cargo a la expresidenta de Corea del Sur Park Geun-Hye.
Con Jae-Yong en la cárcel, la compañía podría pasar años sin alguien al timón y retrasar la toma de decisiones clave, de acuerdo con la agencia AFP.
El heredero del imperio Samsung fue declarado culpable por soborno, malversación de fondos, fuga de capitales y perjurio en relación con el pago o la promesa de pago de 43 mil 300 millones de wones (unos 32.5 millones de euros) a la confidente de Park, Choi Soon-Sil, quien actualmente está encarcelada.
El tribunal juzgó que el pago era a cambio del respaldo del gobierno para fusionar dos filiales de Samsung en 2015, un movimiento que era clave para que Lee tomará el poder de la firma luego del ataque cardiaco que sufrió su padre, Lee Kung-Hee, en 2014.
La defensa de Jae-Yong negó los cargos, argumentando que la expresidenta surcoreana presionó a Samsung para hacer las donaciones y que él vicepresidente de la empresa nunca los aprobó.
Lee Jae-Yong no es el único líder de la empresa que irá a prisión, otros cuatro directivos también fueron condenados a penas de hasta cuatro años de prisión.
El escándalo de corrupción reavivó el descontento de muchos surcoreanos en torno a la relación entre el poder político y los ‘chaeboles’, como se conoce a los jefes de los conglomerados familiares surcoreanos.
En el pasado, los líderes de estas empresas han ‘burlado’ sus problemas judiciales y recibido penas menores.