Al parecer, el ‘atractivo precio’ de 80 pesotes por un kilito de aguacate ha disuadido a los mexicanos de continuar comprándolo.
Por eso, durante 2017 la venta de este legendario fruto cayó 80% a nivel nacional y la asociación encargada de distribuirlo ya comenzó a ver qué puede hacer para revertir dicha situación.
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Ildefonso Guajardo, titular de la Secretaría de Economía, dice que él y su equipo piensan en importar aguacate para balancear los precios en las temporadas en las que los productores nacionales exportan casi todo su producto.
Esto significa que si la cosa sigue como va, pronto nuestros guacamoles estarán hechos con producto chileno o peruano, un sacrilegio si tomamos en cuenta que México es el mayor productor de aguacate a nivel mundial.
Irónico, cierto, pero la realidad es que muchas veces los mismos mexicanos sufren las consecuencias del éxito de su producción fuera de sus fronteras, pues su exportación se prioriza mientras que el consumo interno es castigado.
Dicen los enterados que el alto precio del aguacate podría caer en unos días, pero mientras tanto, las flautas decoradas con su aguacatito ya son un verdadero lujo gourmet.
gtb
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