En los albores de 2017, un joven originario de Chilpancingo murió tras caer de un acantilado mientras intentaba hacerse ‘la selfie perfecta para abrir el año’.
Enamorado por la hermosa postal de ‘Sinfonía del Mar’, una zona turística de La Quebrada, en Guerrero, Ulises, se acercó al acantilado que se elevaba sobre la paradisiaca playa para hacerse un autorretrato con su teléfono móvil.
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Buscando hacerse un ‘selfie’ que superara sus exigencias estéticas, Ulises ignoró los límites permisibles dispuestos por el gobierno local, pasando la última frontera que lo separaba de una caída mortal.
Ya casi al vilo del acantilado desde el que posteriormente cayó, el joven de 27 posó para la cámara de su smartphone segundos antes de perder el equilibrio y precipitarse hacia el fondo de la playa, donde autoridades locales encontraron su cuerpo inerte.
El lamentable incidente sucedió ante la sorprendida mirada de sus familiares, quienes no hicieron nada para disuadir a Ulises de que se acercara demasiado al acantilado.
Causa de la muerte: traumatismo craneoencefálico.
2017 es un año que comenzó mal para los aficionados de las selfies pues, en tan sólo 9 días, han muerto, por lo menos, cuatro personas en distintos puntos del mundo.
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