La mayoría de nosotros lo hemos percibido (y disfrutado), pero ¿sabes de dónde viene ese olor a ‘auto nuevo’?
Parte de la recompensa de hacerte de un automóvil nuevo o entrar a uno es disfrutar ese aroma que ‘no sabemos qué es’ pero que resulta casi adictivo.
Es el llamado ‘olor a auto nuevo‘ que nos recibe cuando abrimos la puerta de un automóvil recién salido de la agencia y que nos habla de prosperidad y sueños cumplidos.
Sin embargo, la realidad es que este aroma no está diseñado por expertos en fragancias, sino que es el resultado de una combinación tóxica de químicos provenientes de los plásticos, hules, telas y pegamentos usados para ensamblar el interior del vehículo.
La combinación de benceno y formaldehído, principalmente, resulta en un cóctel de gases que, inhalados, representan un peligro para la salud humana, pero que, en dosis tan bajas como las presentes en un automóvil, son casi inocuas.
Aún así, los compuestos a los que nos exponemos sí son tóxicos para nosotros. Nos guste o no.
¿La solución? Ventilar tu auto para que los gases que provocan ese aroma que tanto te gusta se vayan disipando con el tiempo.
Lo sentimos, pero así es la química.
