Es relativamente sencillo encontrar un genio de los negocios en Wall Street o el distrito financiero de cualquier ciudad importante, pero ¿hacerlo en los barrios más peligrosos de Australia? Eso ya es harina de otro costal.
Un juez que analizaba el destino que correría un narcotraficante de poca monta, descubrió lo sofisticado de su modelo de negocios, mismo que incluía descuentos, programas de lealtad y hasta sistemas de devoluciones.
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Ante un panorama como este, uno pensaría que el traficante australiano sería uno con una amplia experiencia en el negocio, pero en realidad se trataba de un joven de apenas 20 años que había sido sentenciado a tres años de prisión por la distribución de estupefacientes ilegales.
El joven había organizado una estructura comercial tan impresionante y sofisticada que el juez de la suprema corte de Brisbane no pudo evitar celebrarla durante la audiencia penal.
El sistema movía la droga que el joven traficante anunciaba como ‘de la mejor calidad’. También incluía un sistema para escuchar los comentarios de los consumidores para mejorar su estructura de venta y distribución, y hasta ofrecía descuentos a los clientes más fieles.
Su negocio era administrado a través de mensajes de texto
En caso de que la droga no fuera lo suficientemente buena, el traficante le regresaba el dinero a sus clientes con tal de tenerlos contentos e incluso ofrecía una guía de precios bien establecida para evitar confusiones.
Según fuentes locales, el criminal incluso organizaba juntas de trabajo con sus distribuidores para encontrar amenazas y oportunidades para su negocio.
Ann Lyons, una de las encargadas del caso, le dijo al criminal durante el juicio:
Obviamente estás en el negocio equivocado, pero sin duda tienes un buen plan comercial
Sin duda este joven tiene un buen futuro en los negocios, pero sólo si se dedica a aquellos que son legales.
El joven fue liberado luego de que se descubriera que durante los dos años que estuvo en libertad condicional no había cometido ningún crimen o vuelto a usar drogas.
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