Los incendios en Los Ángeles destruyeron la mansión San Onofre Estate, en Pacific Palisades, valuada en 125 millones de dólares y que fuera escenario de la cuarta temporada de la aclamada serie de HBO “Succession” en 2023. Una más de las grandes edificaciones, entre hoteles y viviendas de artistas, que quedaron convertidas en cenizas.
Según reseñó el New York Post, la mansión pertenecía al empresario tecnológico Austin Russell, fundador y director ejecutivo de Luminar Technologies, quien la adquirió en 2021 por 83 millones de dólares. Construida en 2020 por el desarrollador Ardie Tavangarian; la residencia contaba con 18 habitaciones y seis baños, así como una impresionante serie de comodidades que la hacían un símbolo de opulencia.
Entre estas, destacaban una cocina diseñada por el restaurante Nobu. Un cine con capacidad para 20 personas. Una bodega con control de temperatura. Un techo retráctil para observar las estrellas y un spa.
Adicionalmente, la propiedad incluía un garaje para autos de lujo, exuberantes jardines y una piscina de última generación. Antes de ser consumida por el fuego, la mansión estaba disponible para alquiler por 450.000 dólares al mes.
Un escenario icónico reducido a cenizas
La mansión no solo era conocida por su valor y diseño, sino también por su aparición en la cultura popular. En 2023, fue utilizada como locación para la serie “Succession”, donde los personajes Kendall, Roman y Shiv Roy, interpretados por Jeremy Strong, Kieran Culkin y Sarah Snook, respectivamente, planificaban sus estrategias familiares en el inicio de la cuarta temporada.
Según detalló el diario británico Daily Mail, el incendio dejó la propiedad completamente destruida. Ahora se ven solo restos carbonizados y escombros en el lugar donde antes se alzaba la imponente estructura. Incluso las áreas más protegidas, como los dos cuartos de pánico y un escáner de retina ubicado en el dormitorio principal, quedaron inutilizables.
TE PUEDE INTERESAR: Famosos que perdieron sus casas por los incendios en California
El exterior de la propiedad también sufrió daños significativos. Aunque el pozo de fuego permaneció en pie, quedó cubierto de hollín. Mientras que la piscina, que alguna vez fue un oasis de lujo, ahora contiene agua negra y turbia.
