Este domingo inicia el horario de invierno, el cual durará hasta el primer domingo de abril del próximo año.
Si tienes relojes, deberás atrasarlos una hora antes de irte a dormir ya que la mayoría de tus dispositivos electrónicos seguro lo harán de forma automática en la madrugada.
No importa cuál de los dos horarios te gusta más (o cuál sufres menos), ambos tienen efectos en tu salud al menos durante la primera semana, como tener insomnio y sentir cansancio o irritabilidad durante el día.
Incluso existen estudios como el de la Universidad de Colorado en Estados Unidos, que relacionaron el cambio de horario con el aumento de ataques cardiacos.
La investigación señalaba que el incremento se detectó después del horario de verano en pacientes particularmente vulnerables a estos padecimientos y probablemente estaba ligado a la falta de sueño derivada del cambio.
Estas son algunas maneras de hacer el cambio más sencillo para tu organismo:
>No te confíes porque tienes “una hora extra”, duerme y despierta a la hora que acostumbras.
>Para combatir la baja productividad o la irritabilidad, es importante dormir bien. Aunque las horas que garantizan un buen descanso varían de persona a persona, la Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos propone que sean 7.5 horas.
>Realiza ejercicio moderado, esto incrementa la secreción de serotonina y ayuda a sintetizar melatonina, una hormona que se produce durante el sueño.
