En 2014, un reto viral tomó por sorpresa al mundo, y poco menos de dos años después, acaba de rendir sus primeros frutos reales.
El Ice Bucket Challenge nació como un reto entre celebridades y magnates que tenía como objetivo donar una cantidad considerable de dinero a una asociación encargada de desarrollar un tratamiento para la esclerosis lateral amiotrófica en Estados Unidos.
Por si no lo recuerdas, la dinámica consistía en tirarse un balde de agua helada sobre la cabeza, nominar a tres personas más a hacer lo mismo y donar a la ALS Association, organismo estadounidense dedicado a la investigación de dicha condición.
A pesar de que muchas personas malinterpretaron este fenómeno y otras criticaron el desperdicio de agua provocado, el Ice Bucket Challenge logró recaudar más de 100 millones de dólares que posteriormente se destinaron a varios proyectos, entre ellos el denominado MinE.
Recientemente, los científicos de MinE anunciaron el descubrimiento de NEK1, un gen que, creen, permitirá entender más la forma en la que esta enfermedad se desarrolla en el genoma humano.
El descubrimiento permitirá mejorar los tratamientos existentes y ver de qué manera se puede erradicar la enfermedad.
Así que, a pesar del escepticismo de algunos, el Ice Bucket Challenge sí cumplió su propósito, al permitirle a las miles de personas que sufren este mal a acceder a una vida mejor.
