No fue el primero en llegar, pero sí el más aplaudido.
El mexicano Germán Madrazo fue el antepenúltimo competidor en cruzar la meta de los 15 kilómetros de esquí de fondo en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang, pero aunque quedó muy lejos del medallero, la imagen del atleta sonriente y ondeando la bandera de México se volvió viral en las redes.
Tras cruzar la línea de meta en el lugar 116 de los 118 competidores, Germán fue recibido entre abrazos y elevado en los hombros de sus compañeros mientras el público aplaudía.
“Terminó siendo uno de los momentos más gratos de mi vida, con unas fotos que más allá del tiempo que hice y del desempeño, pasarán a la historia. Fue un día mágico, duro. Hubo convergencia de muchas cosas, pero al final fue un día maravilloso”, dijo Germán.
El caso del atleta mexicano de 43 años es peculiar. No se trata de alguien que desde la infancia practicaba este deporte, sino de un triatlonista que apenas hace un año aprendió a esquiar y se aventuró a competir en la justa invernal para cumplir su sueño. Consiguió su clasificación en el último minuto en una prueba en Islandia a finales de enero.
Para poder prepararse, Madrazo tuvo que vender sus bicicletas de competición y pedir préstamos para prepararse y llegar a la justa olímpica.
El atleta reconoció que aunque su participación en PyeongChang no fue buena en el aspecto deportivo, sentía un gran agradecimiento hacia su país por la confianza y el cariño que recibió.
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