¿Vas a entregar tu currículum vitae a ese trabajo por el que tanto has luchado? ¡Espera! No lo hagas hasta que leas esta nota.
Es sabido por muchos que los reclutadores reciben tantos CVs en un sólo día, que le dedican poco más de seis segundos a leer cada uno, por lo que las primeras impresiones son esenciales para llamar su atención.
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Primero, evita los pronombres personales. No comiences oraciones así: ‘Yo trabajé en…’ o ‘Mi experiencia es…’. Cuando entregas un CV, la gente asume que se trata de ti, así que sobra colocar ese tipo de expresiones.
No describas tus pasatiempos. La verdad es que a nadie le interesan y no contribuyen en nada a tu currículum. Además, leer tus hobbies quita tiempo y eso es malo para ti.
Información de contacto: ningún reclutador quiere llamar a tu oficina para corroborar el trabajo que desempeñas en el empleo que buscas abandonar, y menos cuando se sabe que las compañías monitorean las llamadas y correos electrónicos que llegan y salen de la oficina.
Objetivo: Es obvio que quieres el trabajo así que ¿para qué hacerle perder tiempo al reclutador explicando qué te motiva a enviar tu CV? Ahórratelo.
Trabajos y experiencia demasiado antigua. Resulta irrelevante para todos colocar un trabajo de verano que tuviste hace 15 años. Lo que importa son los últimos tres empleos formales que desempeñaste en los últimos seis o cinco años.
Deshazte de los términos de moda como ‘sinergia’, ‘pensar fuera de la caja’, ‘proactividad’ y ‘ganar-ganar’, por poner un par de ejemplos. Los reclutadores ya están hartos de ellos y lo más probable es que acaben desechando tu CV por eso.
Si no eres diseñador gráfico o artista plástico no tiene caso agregar imágenes a tu CV. Los reclutadores las ven como un distractor innecesario y un estorbo.
Por último, recomendamos evitar la ‘basura’ en tu CV y hacerlo lo más preciso y breve posible. El reclutador te lo agradecerá y te permitirá colocar la información relevante a la altura de sus ojos, donde debe estar.
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