Melómanos del mundo: sepan que un estudio ha confirmado lo que siempre temieron. La productividad laboral sí se ve afectada por trabajar y escuchar música al mismo tiempo.
La conclusión refuerza una teoría nacida en 1980, que sugería que la capacidad de concentración de un empleado es afectada al escuchar melodías que le son agradables.
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Si bien un estudio realizado a principios de los setenta resaltaba los supuestos beneficios de trabajar al ritmo de la música, el realizado recientemente por especialistas de la Universidad Yamaguchi de Japón dice justo lo contrario.
Takahiro Tamesue, líder del equipo de especialistas encargados de la investigación, concluye que un trabajador cumple mejor sus metas cuando se encuentra en un ambiente sin distracciones sonoras.
De hecho, el peor enemigo para nuestra concentración es la música que más nos gusta, pues sus acordes y líricas mantienen más ocupado a nuestro cerebro.
Sin embargo, si no puedes concentrarte en un ambiente carente de música, los científicos recomendaron escuchar melodías ambientales o música clásica pues esta no distrae al cerebro de sus deberes laborales.
Por otro lado, existe una alternativa para los fanáticos de Slayer y Metallica que no pueden dejar de tararear sus canciones en el trabajo: escuchar su música cuando se está descansado y por intervalos cortos de no más de 15 minutos.
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