Si tienes planeado ir a una entrevista de trabajo, existe un truco que los capacitadores suelen aplicar. Sin embargo, muchos lo desconocen. Por lo que saberlo podría determinar si terminas quedándote con el empleo. O fallas en el intento.
Se trata de la pequeña “trampa” del “test de la silla”. Está hecha para que los entrevistadores puedan conocer como el aspirante afronta los problemas. Si es proactivo para resolverlos, se adapta a ellos o muestra una actitud pasiva ante situaciones complejas.
Pero, ¿en qué consiste? Simple. Durante la entrevista, el reclutador tendrá una silla para el candidato. Sin embargo, el asiento tendrá una particularidad, y es que una pata será más corta que las otras. Ante ese punto, la persona estará tambaleando e incómoda el tiempo que dure el encuentro.
Cómo afrontar el truco en la entrevista
La clave es que justo al lado del aspirante, habrá otra silla, pero en perfectas condiciones. Para simplificar, lo que el entrevistador desea saber es si la persona aguantará la silla coja, adaptándose a la situación. O, en cambio, pedirá cambiarla por la de al lado. Si recurre a lo segundo, se tendrá en cuenta cómo lo pide.
El objetivo final de la prueba en la entrevista es evaluar la proactividad, capacidad de adaptación y reacción del entrevistado. Al generar una incomodidad frustrante se pretende observar si el aspirante tiene una personalidad resiliente.
Si el aspirante sigue la entrevista sin quejarse y soportando la incomodidad, quiere decir que su capacidad de concentración es grande. Además, prioriza bien sus objetivos pese a dificultades. En caso de que pida cambiarla, denotará iniciativa para mejorar la situación y proactividad para generar un cambio.
Asimismo, con esta última opción, estará demostrando valentía y seguridad en sí mismo al momento de enfrentar retos.
No obstante, existe una tercera opción y la peor a tomar durante una entrevista. Esta es hacer comentarios sobre la silla, pero seguir en ella. Hay aquí una actitud pasiva frente a los problemas, desviando así su objetivo prioritario (la entrevista) a su terreno personal.
Esta reacción revela todo eso y resalta que el candidato señala el problema, pero no tiene iniciativa para solventarlo.
Con información de Caraota Digital