El Valle de México alcanzó sus niveles más altos de contaminación atmosférica al llegar a 158 puntos de partícula PM 2.5, por lo que se declaró contingencia ambiental.
Algunos factores que han influido en la mala calidad del aire son: el aumento de temperaturas, ausencia de viento, y el incremento de incendios forestales.
Entre las recomendaciones están no hacer actividades al aire libre y si es posible no salir de casa, pues la contaminación está relacionada con diversas enfermedades.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud cada año hay 1.3 millones de muertes a causa de la contaminación atmosférica urbana.
Los malestares por la contaminación pueden ser leves como dolor de cabeza, ardor e irritación de ojos y garganta.
También puede producir tos con flema, resequedad y ligero sangrado de nariz.
La contaminación atmosférica también puede provocar enfermedades respiratorias como bronquitis y neumonía.
Aumenta el riesgo de sufrir una crisis asmática.
También está relacionada con el cáncer de pulmón.
Las personas expuestas durante años a partículas dañinas pueden desarrollar enfermedades cardiovasculares.
La contaminación y el cambio climático también contribuyen al aumento de enfermedades como el dengue y el paludismo.
La contaminación aumenta el riesgo de accidentes cerebrovasculares.
En bebés y niños puede afectar el desarrollo cerebal.
Un estudio de Harvard también demostró que la contaminación aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer o Parkinson.
Además, la contaminación disminuye la respuesta del sistema inmunitario para combatir otras enfermedades.