Un grupo de científicos de la Universidad de Limerick en Irlanda descubrió una forma de obtener electricidad a partir de las secreciones que producen los ojos y otras partes del cuerpo humano.
El secreto está en una proteína llamada Lisozima -presente en las lágrimas, saliva y mucosidad-, la cual genera electricidad cuando se pone bajo presión.
Esta enzima ayuda a romper las paredes celulares bacterianas, pero los investigadores descubrieron que en su forma cristalizada puede manipularse para producir cargas eléctricas.
Los científicos encontraron que al aplicar presión a un poco de Lisozima cristalizada se produce una forma de energía llamada piezoeléctrica, en la que se genera una carga eléctrica como respuesta a una presión mecánica.
¿Y para qué querrías generar electricidad con tus fluidos corporales? Bueno, los científicos esperan que si estas secreciones logran recolectarse eficientemente, podrían transformarse en una fuente de alimentación para toda clase de implantes corporales.
“Aunque la piezoelectricidad se usa en todas partes, la capacidad de generarla con esta proteína en particular no se había explorado. Sin embargo, debido a que es un material biológico, no es tóxico por lo que podría tener muchas aplicaciones innovadoras, tales como recubrimientos electroactivos antimicrobianos para implantes médicos”, dijo Aimee Stapleton, una de las investigadoras.
