Si alguna vez has caminado por las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México, seguro te resultará familiar esa mancha oscura y circular sobre el pavimento que dejan los chicles.
Y aunque pueden retirarse de las calles y banquetas, quitar cada uno de ellos cuesta nueve pesos que, multiplicados por los 200 mil que se calcula hay en tan sólo cinco calles del primer cuadro de la capital del país, representa un gasto de dos millones de pesos.
Esa cifra podría ahorrarse si la gente dejara de tirar sus gomas de mascar en la calle y justo para promoverlo, Mondelez, la empresa detrás de Trident y Clorets, se juntó con el gobierno de la CDMX para instalar contenedores que permitan recoger y recolectar chicles.
En total, se instalaron 75 contenedores en postes de luminarias en Madero, Pino Suárez, 16 de septiembre y República de Argentina, los cuales serán recolectados cada semana para que sean convertidos nuevamente en materia prima y usados para fabricar nuevos botes de basura.
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