En noviembre, la NASA lanzó Space Poop Challenge, una convocatoria en busca de soluciones para resolver uno de los mayores problemas en el espacio: ¿cómo deshacerse el excremento de los astronautas?
La agencia espacial estadounidense ofreció premios en efectivo a las mejores propuestas para almacenar y recolectar los desechos humanos sin que los astronautas tuvieran que usar las manos o quitarse el traje.
El ganador del reto, y acreedor al premio de 15 mil dólares, fue Thatcher Cardon, un funcionario de la fuerza aérea y cirujano que se inspiró en los procedimientos médicos mínimamente invasivos para crear su dispositivo.
Cardon diseñó un compartimento con un pequeño orificio que permitiría colocar y remover ropa interior y pañales desechables.
El segundo diseño es un compartimento externo que emplea el flujo de aire generado por el movimiento del astronauta para sacar el excremento del traje. El tercer lugar se lo llevó un traje para sanitizar y absorber los desechos.
Ahora, la NASA pondrá a prueba las ideas para desarrollarlas con la finalidad de implementarlas en situaciones de emergencia que obliguen a los astronautas a depender de los soportes vitales de sus trajes, por lo que se requería un sistema que pudiera almacenar desechos humanos por hasta 6 días sin representar un riesgo para la salud.