Dan Price, CEO de una firma financiera, anunció que no cobraría un sueldo que sumaba un millón de dólares, sino que usaría ese dinero para elevar la quincena de sus 120 empleados.
En agradecimiento, los trabajadores ahorraron por siete meses para conseguirle a Dan el auto de sus sueños, un Tesla S color azul.
Sin saber la sorpresa que le llegaría casi un año después de su anuncio, el dueño de la empresa basada en Seattle, Gravity Payments, fue conducido al estacionamiento de sus oficinas para descubrir lo que sus empleados habían preparado para él.
Luego de elevar el sueldo de sus trabajadores a 70 mil dólares anuales (mucho más de lo que otros profesionistas en la misma rama ganan), Price puso un ejemplo para el mundo laboral al anteponer los intereses de la gente con la que labora sobre los propios.
El poco ortodoxo movimiento corporativo se viralizó rápidamente en la red por la forma en la que los miembros del staff de Gravity Payments agradecieron el gesto.
Puede que esta atrevida filosofía empresarial inspire a otros CEOs a ‘ir más allá’ para asegurar la fidelidad y el bienestar de sus subalternos.
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