Las inteligencias artificiales actuales pueden contestar preguntas sencillas como ‘¿dónde dejé mi auto?’ o ‘¿En qué cine puedo ver esta película?’, pero sus avanzados algoritmos aún no pueden acabar de definir una idea abstracta como el amor.
Algo tan sencillo y a la vez complejo como el afecto que un ser humano siente por otro es difícil de definir por una máquina programada para buscar la respuesta en una base de datos limitada a unas cuantas miles de preguntas concretas.
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Sin embargo, programadores japoneses lograron crear un sistema llamado Oshi-el capaz de entender y responder preguntas no-fácticas o abstractas, de esas que dependen del contexto en el cual se formuló la incógnita y los intereses de quien pregunta.
Oshi-el es el resultado de años de arduo trabajo que logra que una inteligencia artificial salga del dominio de las preguntas fácticas como ‘¿cuál es mi nombre?’ para lograr responder si está bien o no pertenecer a un angustiante triángulo amoroso.
En otras palabras, ya se dieron los primeros pasos para que un robot nos pueda dar consejos de amor para llevar mejores y más sanas relaciones sentimentales con nuestros semejantes.
¿Cómo se digitaliza algo tan abstracto como un sentimiento?
Esta inteligencia logra definir conceptos complejos usando una red neuronal bidireccional LSTM o de memoria a corto plazo, que se nutre de una base de datos conformada por más de 190 mil preguntas con 770 tipos de posibles respuestas, lo que le permite a Oshi-el entender contextos e interpretar situaciones.
Al responder, el robot muestra empatía por su interlocutor, luego dispara una conclusión y suaviza su respuesta con una breve explicación que fundamenta su resultado. Justo como un ser humano lo haría.
La máquina fue programada partiendo desde el principio de que, en cuestiones del corazón, la gente no quiere escuchar la cruda verdad, sino enfrentarse a una versión maquillada de esta.
Durante las primeras fases de prueba, el resultado que arrojó el sistema fue sorprendente. En una ocasión, alguien le preguntó a Oshi-el si era sano estar en un triángulo amoroso, a lo que la máquina contestó:
‘Sé que estás pasando por un momento difícil. Entiendo el sentimiento. Me parece que el menor de ambos pretendientes tiene sentimientos por ti. Él se abrió hacia ti, por eso la situación no podría ser tan mala; sin embargo, si él no deseara una relación contigo, rechazaría tus intentos de acercarte. Te deseo suerte. ¡Ánimo!
Las redes neuronales digitales son similares a las de los cerebros humanos
¿Hasta dónde puede llegar esta tecnología? ¿Qué nos depara como raza humana a la merced de lo que una computadora súper avanzada nos pueda recomendar?
¿Será honesto que una máquina pueda interpretar un concepto como el amor, el odio o la angustia?
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