A pesar de no ser el mejor amigo de Cupertino (o Silicon Valley), Donald Trump está dispuesto a dar su brazo a torcer para que Apple fabrique sus teléfonos en Estados Unidos.
En una tensa entrevista con los editores del diario The New York Times, el presidente electo contó que Tim Cook, CEO de Apple, le había llamado por teléfono para aclarar algunos puntos importantes sobre la postura de su administración respecto a las prácticas comerciales de la firma tecnológica.
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Ya sea por miedo a que Trump realmente convoque a un boicot contra sus productos a partir del 20 de enero o por simple diplomacia, Cook entabló una charla amistosa de unos minutos con el futuro presidente de Estados Unidos.
Al respecto, Trump dijo esto:
Recibí una llamada de Tim Cook de Apple, y le dije: ‘Tim, sabes que uno de los logros más grandes para mí sería hacer que Apple construyera una gran planta en los Estados Unidos en lugar de mantener varias en China o Vietnam’.
Frente a los periodistas del diario neoyorquino, el magnate y futuro mandatario recordó haberle prometido a Cook que ofrecería importantes incentivos fiscales para facilitar la mudanza de las operaciones de su firma en Asia a Estados Unidos.
Trump confesó que la llamada terminó bien para ambos y que los planes que tiene para Apple y Silicon Valley dejarán a todos ‘muy felices’.
Durante la entrevista no se habló de lo que haría Trump con el dinero que tiene la firma de Cupertino en el extranjero, pero hace algunos meses dijo que también impondría tasas preferenciales a las empresas que muevan su capital en efectivo de vuelta a Estados Unidos.
Habrá que ver cómo se desarrollan las turbulentas relaciones de Trump con el sector tecnológico, mismo que teme que las promesas del presidente número 45 de Estados Unidos afecten sus operaciones a nivel doméstico e internacional.
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