Usar la sangre de personas jóvenes para vivir más tiempo suena a una idea salida de una historia de vampiros, pero justo eso es lo que quiere probar la startup Ambrosia.
La empresa fundada por Jesse Karmazin, médico egresado de la Universidad de Stanford, pretende usar las transfusiones sanguíneas de personas de entre 16 y 25 años para combatir el envejecimiento en adultos de mayor edad.
Karmazin se inspiró en estudios recientes que ponían a prueba la parabiosis en ratones, una técnica quirúrgica de 150 años de antigüedad en la que se conectan las venas de dos animales vivos.
Una de las investigaciones, elaborada por el profesor de neurología de la Universidad de Stanford, Tony Wyss-Coray, sugiere que esta técnica podría ayudar a rejuvenecer la parte del cerebro de los ratones donde las memorias se crean y almacenan.
Hasta ahora, Karamazin afirma que ha llevado a cabo el procedimiento en una treintena de personas y que muchas de ellas han visto beneficios como una mejor apariencia, mayor tono muscular y aumento de concentración.
El médico espera reunir a 600 personas para su próximo experimento, aunque ser un candidato no es nada accesible, el procedimiento, en el que se hace una transfusión de 1.5 litros de plasma de un joven donante, tiene un costo de 8,000 dólares (unos 176 mil pesos al tipo de cambio actual).
Sin embargo, nada está asegurado. Por un lado, las investigaciones existentes no permiten concluir si los beneficios son reales y es posible que la nueva muestra no contribuya a determinarlo con certeza porque los pacientes podrían atravesar por un efecto placebo, es decir, que crean que se sienten mejor simplemente por pagar una enorme cifra y viajar para realizar las transfusiones.
Mientras tanto, Karmazin está esperanzado con los resultados que puede ofrecer el procedimiento y hay inversionistas en Silicon Valley que comparten su entusiasmo, entre ellos, un directivo de la firma del controvertido multimillonario Peter Thiel.