La cana es una empresa social que comercializa peluches y artículos de decoración tejidos a mano y se distingue porque ofrece empleos a mujeres de penales del Estado de México con la intención de que puedan reintegrarse a la sociedad.
La empresa fue fundada por Daniela Ancira, Raquel Aguirre, Mercedes Becker y Wendy Balcázar, quienes después de hacer su servicio social en un reclusorio, se dieron cuenta de las pocas oportunidades que tenían las mujeres.
Actualmente La Cana emplea a más de 100 internas de los reclusorios de Barrientos, Tepozanes y Chiconautla, pero recientemente ganó el premio capital semilla del programa de aceleración de empresas Unleash, organizado por la Agencia para el Desarrollo Internacional y New Ventures, que les permitirá ampliar su negocio.
Con el premio de 100 mil pesos La Cana decidió abrir dos nuevos talleres en el penal de Santa Martha Acatitla, que comenzaron a operar desde este 17 de junio y donde podrán emplear a nuevas mujeres.
De acuerdo con María Vivanco, vocera de La Cana, a las trabajadoras se les paga un porcentaje por cada producto elaborado y con lo que ganan pueden pagar los artículos personales que ocupan en el reclusorio, algunas también lo utilizan para mantener a sus familias y otras lo ahorran para cuando salgan libres.
“Vivir en reclusión en nuestro país es muy costoso porque ellas tienen que pagar todos sus artículos de higiene personal, shampoo, jabón, toallas sanitarias los tienen que comprar ahí, al igual que sus uniformes y zapatos”, explicó la vocera de La Cana.
Aparte de la empresa, La Cana también cuenta con una asociación civil, que se encarga de capacitar a las reclusas y darles atención psicológica para que una vez que salgan no reincidan en delitos.
Al salir de prisión las mujeres pueden continuar trabajando en La Cana por un tiempo, pero posteriormente las conectan con otras empresas.